Tetzlaff y su decisión de cancelar conciertos en EE UU por ambiente político

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El violinista Christian Tetzlaff ha decidido anular su tour planeado en Estados Unidos a causa de las políticas implementadas por el mandatario de ese país. Este renombrado artista alemán ha manifestado su descontento con la dirección del gobierno estadounidense, particularmente con las medidas respecto al conflicto en Ucrania, el lenguaje hostil hacia otras naciones, y las políticas internas que él percibe como retrógradas, afectando a grupos históricamente marginados.

El violinista Christian Tetzlaff ha tomado la decisión de cancelar su gira prevista por Estados Unidos debido a las políticas adoptadas por el presidente de ese país. El célebre músico alemán ha expresado su inconformidad con el rumbo de la administración estadounidense, especialmente con las acciones del gobierno en relación a la guerra en Ucrania, la retórica agresiva hacia otros países y las políticas internas que considera regresivas, como las que afectan a comunidades históricamente marginalizadas.

La suspensión de su gira no es un hecho aislado, sino parte de una tendencia creciente de artistas que, en los últimos tiempos, han optado por reevaluar su vínculo con Estados Unidos a raíz de políticas que consideran opuestas a los derechos humanos y la paz mundial. Tetzlaff no cerró la puerta a la posibilidad de presentarse en ese país en el porvenir, pero enfatizó que cualquier actuación debería estar orientada hacia un objetivo altruista, como generar fondos para la defensa de los derechos de las mujeres o para apoyar la ayuda humanitaria en Ucrania.

El músico manifestó una gran inquietud por la cercanía de la administración Trump con el mandatario ruso, Vladimir Putin, un lazo que él juzga como traicionero en el marco de la invasión rusa en Ucrania. Esta circunstancia le trajo a la memoria los boicots culturales que se llevaron a cabo en décadas pasadas, como los desarrollados por artistas e instituciones contra Sudáfrica durante el apartheid. Tetzlaff comentó que, similar a muchos artistas de aquellos tiempos, sentía que su participación en un país cuyas políticas violan principios esenciales de justicia y humanidad sería un acto de complicidad.

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El músico se mostró especialmente preocupado por la alineación de la administración Trump con el presidente ruso, Vladimir Putin, un vínculo que él considera traicionero en el contexto de la invasión rusa de Ucrania. Esta situación le recordó a los boicots culturales que tuvieron lugar en décadas pasadas, como los que artistas y entidades realizaron contra Sudáfrica durante el apartheid. Tetzlaff expresó que, al igual que muchos artistas de la época, sentía que su presencia en un país cuyas políticas contravenían principios fundamentales de justicia y humanidad sería un acto de complicidad.

La cancelación de su gira también pone de relieve la tensión existente entre la política y la cultura. Aunque Tetzlaff es consciente de que sus decisiones pueden tener un impacto limitado, él subraya la importancia de actuar según principios personales cuando los acontecimientos globales parecen desafiar esos principios. El músico no solo rechaza lo que considera un alineamiento con políticas represivas, sino que también se siente incapaz de ofrecer su arte mientras el contexto político internacional esté marcado por la agresión y la violencia.

Este tipo de decisiones no es nuevo en la historia de la música clásica. A lo largo del tiempo, diversos artistas han usado sus plataformas para hacer frente a situaciones políticas difíciles, y Tetzlaff se inserta en esa tradición de músicos comprometidos con causas mayores. En este caso, su postura también responde a una creciente disconformidad con el rumbo de la política internacional y la forma en que las decisiones gubernamentales impactan en la cultura global.

By Mildred C. Mojica

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