La huelga del automóvil en Estados Unidos ha dejado una abultada factura a los tres grandes de Detroit. Las compañías han perdido producción y ventas. Las cuentas del tercer trimestre de General Motors y Ford presentadas la semana pasada lo han certificado, a la espera de que Stellantis las publique esta semana. Además, las compañías han sufrido un duro castigo en Bolsa. En seis semanas de huelga han perdido en Bolsa unos 22.000 millones de dólares de valor (unos 20.850 millones de euros).
Ford y Stellantis alcanzaron las semana pasada acuerdos con los sindicatos que suponen fuertes subidas de sueldos y otras concesiones laborales y que afectarán a las estructuras de costes de las compañías. Las negociaciones con General Motors parecían también encarriladas, pero se torcieron en el último momento y el sindicato United Auto Workers decidió este sábado ampliar la huelga a una nueva fábrica para aumentar la presión. Los 4.000 trabajadores de la planta de Spring Hill (Tennessee), que monta los modelos Cadillac SUV y fabrica motores que se utilizan para el montaje de coches en otras plantas del grupo, se han sumado a la huelga.
General Motors ha ofrecido igualar la subida mínima del 25% en cuatro años y medio que han logrado los trabajadores en Ford y Stellantis, pero la negociación se ha atascado en otros aspectos. En los dos acuerdos alcanzados, la subida viene acompañada de otras compensaciones por el aumento de coste de la vida, una atenuación de la doble escala salarial, garantías de seguridad laboral y otras concesiones con las que los trabajadores se recuperan de los sacrificios que hicieron en la Gran Recesión para salvar a las empresas. Entonces su viabilidad estaba amenazada. Ahora vivían una época de ventas y beneficios récord.
Las dos compañías que han sufrido un mayor castigo bursátil son Ford y General Motors, con descensos del orden del 20%, mientras que Stellantis, menos dependiente del mercado estadounidense, ha resistido mejor el tipo y su cotización solo ha bajado un 4% en las seis semanas de conflicto. No pesa tanto el coste directo de la huelga como el cambio en las estructuras de costes y la pérdida de rentabilidad que representan los nuevos convenios para las compañías, en un momento en que la transición hacia el coche eléctrico requiere además fuertes inversiones.
Desde el 14 de septiembre, el día previo al inicio de la huelga, las acciones de Ford han sufrido una caída del 21% en Bolsa, desde 12,62 dólares por acción a 9,96 dólares. Con ello, ha perdido unos 10.600 millones de dólares de capitalización bursátil, hasta los 39.900 millones que vale la empresa ahora. Ford anunció el jueves que retiraba su previsión de beneficios para el conjunto del año para evaluar el impacto sobre sus cuentas de la huelga y del nuevo convenio colectivo pactado con el sindicato del motor, United Auto Workers (UAW). Sus resultados, además, se quedaron por debajo de las previsiones de los analistas.
General Motors también decidió la semana pasada retirar sus previsiones. La compañía reconoció que la huelga le había dejado ya una factura acumulada de 800 millones de dólares en seis semanas y estimó en 200 millones semanales el coste del conflicto si se prolongaba. Las acciones de la compañía han caído un 19% en Bolsa en el periodo de huelga, desde los 33,66 dólares hasta los 27,22. Con ello, su valor en Bolsa se ha reducido en unos 8.800 millones de dólares, hasta los 37.300 millones que valía la empresa al cierre de la sesión del viernes. La empresa, además, anunció un frenazo en sus inversiones en el coche eléctrico. “Estamos moderando la aceleración de la producción de vehículos eléctricos en Norteamérica para proteger nuestros precios, ajustarnos a un crecimiento más lento de la demanda a corto plazo y aplicar mejoras de eficiencia de ingeniería y de otro tipo que harán que nuestros vehículos sean menos costosos de producir y más rentables”, dijo la consejera delegada al presentar los resultados.
Stellantis, mientras, ha resistido mejor la presión en Bolsa. La compañía, fruto de la fusión de Fiat Chrysler y PSA, agrupa no solo a las marcas estadounidenses Chrysler, Dodge y Jeep, sino también a marcas europeas que tienen un gran peso en el grupo como Fiat, Peugeot, Citroën, Opel, Alfa Romeo, Lancia y Maserati. Sus acciones, que cotizan en diversos mercados, han caído algo más de un 4% durante la huelga, lo que ha supuesto una caída de capitalización de unos 2.600 millones de dólares.
Las tres compañías juntas suman una capitalización bursátil de unos 140.000 millones de dólares, la mitad que la japonesa Toyota y muy lejos de Tesla, el líder del sector por valor en Bolsa. La compañía dirigida por Elon Musk tiene una capitalización bursátil de unos 650.000 millones de dólares.
Sigue toda la información de Economía y Negocios en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal
La agenda de Cinco Días
Las citas económicas más importantes del día, con las claves y el contexto para entender su alcance.
RECÍBELO EN TU CORREO
Suscríbete para seguir leyendo
Lee sin límites
_