Todos los focos que alumbraban el regreso de Xabi Alonso al Allianz Arena de Múnich iluminaron un partido memorable, un duelo en lo alto de la tabla de la Bundesliga que sirve para confirmar las sospechas de que el técnico guipuzcoano construye en Leverkusen un equipo con argumentos para rebelarse ante su histórica desdicha. El Bayer, nunca campeón de la Bundesliga, llegó a la cuarta jornada del campeonato germano líder empatado a puntos con el campeón de los últimos 11 ejercicios, el Bayern. Ahí seguirán ambos después de un empate (2-2) en un duelo en el que los visitantes fueron dos veces por detrás en el marcador, que pudieron ganar y en el que al fin rascaron una igualada en la prolongación gracias a un penaltito que transformó el argentino Exequiel Palacios.
Entre medias hubo fútbol, mucho ritmo, talento y atrevimiento, el que puso sobre todo el equipo de Alonso, que se quejó al final de que sus chicos estaban todavía en el hotel cuando la pelota ya rodaba sobre el césped. Esa incomparecencia futbolística la penalizó Harry Kane con su cuarto gol del campeonato en el séptimo minuto de partido. Pero al cuarto de hora el equipo de Leverkusen ya estaba allí, audaz para acudir a buscar al rival, quitarle la pelota y jugar en su campo. Empató Grimaldo con un libre directo que encontró la escuadra de la portería defendida por el discutido Ulreich. Manuel Neuer lo vio desde la grada. Tras casi un año lesionado por una fractura de tibia y peroné que se produjo esquiando, el Bayern reportó esta semana una pequeña dolencia muscular para explicar la demora en un regreso que se aguarda inmediato. Su equipo necesita una muy buena versión del meta, que ya va camino de los 38 años.
El empate de Grimaldo evidenció el nerviosismo de Thomas Tuchel. El técnico del Bayern se ganó una amonestación en una rabieta posterior al gol a través de la que protestaba la señalización de la falta, sobre la que no cabían dudas. Müller había golpeado a Grimaldo, que tomó la pelota y dejó una inmejorable tarjeta de visita en su presentación en la gran escena del campeonato germano. El zaguero valenciano ayuda a que el Bayer tenga amplitud y profundidad, valores que son oro para un equipo que juega con tres centrales y dos laterales que en ataque parten siempre desde una altura que les define como extremos. Con ese andamiaje, Alonso teje un equipo mejorado respecto al que comenzó a construir en octubre del año pasado, cuando llegó a un destino en el que la clasificación le situaba en puestos de descenso. En Alemania se habla ahora de un candidato a ganar la Bundesliga porque Wirtz ha dejado atrás las lesiones y regala caramelos a un equipo que ha adquirido nuevos matices con la llegada del experto Xhaka y la brega de Boniface, un delantero nigeriano que es una invitación a creer.
Boniface iene 22 años y en las dos últimas campañas jugó en la liga noruega (Bodo-Glimt) y belga (Saint-Gilloise). “Potente, rápido y generoso”, le define Alonso. 20 millones de euros pagó este verano el Leverkusen por él y tiene pinta de que en cuanto logre ordenarse podrá generar una sabrosa plusvalía. Venía de sendos dobletes en las dos últimas jornadas y esta vez no marcó, pero no dejó de generar incendios. El Bayer controló el partido durante bastantes minutos, manejó sus tiempos, le imprimió ritmo cuando se vio con fuerzas y necesidad de acudir a por el Bayern y rebajó las revoluciones para guardar la pelota cuando optó por mover al cuadro de Tuchel. “Estamos en un proceso”, explicó Alonso en la conferencia de prensa final, un ejercicio postrero que en la Bundesliga se escenifica con los dos entrenadores compartiendo estrado. Alonso también lució allí, vecino a Tuchel, que semejaba entre atribulado y atormentado. El rendimiento de su equipo fue irregular. “Nos cuesta ser compactos”, reconoció. A falta de un cuarto de hora Wirtz disparó al palo, así que en el resumen final Thomas Müller fue aún más taxativo que su entrenador “Ellos merecieron el empate”.
Aun así pudo haber ganado el Bayern porque Goretzka marcó en el minuto 86 con un remate en el punto de penalti tras maniobra de Tel. “No lo defendimos bien”, valoró Alonso. “Pero luchamos hasta el final”, concluyó. Hasta que Hofmann forzó un penalti dudoso en el que Antonio Davies arriesgó más de lo debido en una acción en la que el delantero del Leverkusen salía del área. Empató Palacios sobre la hora y el Bayer lo festejó con la fiereza propia de una gran hazaña.
En París continúan los problemas para Luis Enrique, que no logra activar al PSG. El Niza se llevó los puntos (2-3) con una sobresaliente actuación de otro delantero nigeriano, Terem Moffi, autor de dos goles. En el campeón galo apenas respondió Kylian Mbappé, que también firmó un doblete. Su último tanto llegó en la recta final de un partido que dejó satisfecho a Luis Enrique: “Me voy más contento que cuando ganamos al Lyon. Este es el camino”, zanjó el entrenador asturiano tras la primera derrota de su equipo en el campeonato galo. El PSG suma ocho puntos tras cinco jornadas y el martes deberá despejar dudas ante el Borussia Dortmund en el estreno de una Champions que al Bayern le deparará un día después un duelo mayúsculo contra el Manchester United en Múnich.
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